Durante la travesía, Félix fue apuntando los datos principales del viaje en una pequeña agenda y describiendo en un sencillo cuaderno, día con día, las experiencias que él y sus compañeros iban viviendo, alegrías y sufrimientos, miedos y logros. Registraba asímismo sus propias reflexiones. Probablemente era su manera de soportar tantas horas vacías, pensar y anotar.
Poco a poco y con las experiencias aún frescas en su memoria, fue ampliando su narración. Con el correr del tiempo decidió darle un formato adecuado para publicar sus memorias y conforme se fue mecanografiando su manuscrito, iba recordando otros sucesos vividos en esa aventura.
Desafortunadamente, su fallecimiento interrumpe el proyecto por algún tiempo. Sus hijos lo retomamos, y decidimos publicar el diario tal como nuestro padre lo había escrito, con la narración completa de la travesía, pero enriqueciéndolo con fotos y documentos, algunos que fuimos recopilando a traves de los años, otros que estaban guardados en el archivo familiar, y otros más que generosamente nos aportaron familiares de los descendientes. Algunos de los documentos mostrados en el libro fueron generados durante el viaje mismo.